“Hijo del pueblo y amigo del hombre, el servicio social te entregó la espada roja de los líderes y la gran paloma de plata de la paz llevaba pan y libertad sobre tu pecho, al que cubría una lágrima pura y la espiga del trigo inmortal de los trabajadores; agricultor de la sociedad futura, minero y marino internacional, poeta y líder máximo de los pobres y los tristes; tu voz calcina como acero rojo o como aceituna poderosa sublima los pulsos humanos, da inmortalidad al sudor popular de las masas y, al emerger ardida de la tumba, se desborda como una inmensa copa de vino o un océano, como un poema de materia, como toda la conducta real de las generaciones. José Stalin.
Moriste como si muriesen millones de trabajadores contigo”.
Los versos del poema funerario para Stalin, del genial poeta chileno Pablo de Rohka, definen en pocas palabras la figura del líder soviético, del heredero de Lenin y representante de los vencedores del fascismo, José Stalin. Un Stalin que, en medio de los ataques del capital contra el marxismo y la revolución desde su triunfo en 1917, refutó en la teoría y en la práctica todos ellos, que hubo de enfrentarse a enormes dificultades para que, como Anteo, el héroe clásico que el propio Stalin utilizó en su discurso, los bolcheviques siguieran luchando con los pies sobre la tierra, de la mano de las masas, tratando de evitar que los seguidores de lo que, más tarde, Mao Tse Tung llamara “seguidores del camino capitalista”; acabaron destruyendo el Partido y lo convirtieran en una instancia separada y por encima de los trabajadores.
Ni que decir tiene que el “Stalin democrático” que describiera acertadamente el maestro Grover Furr no era, ni mucho menos, un defensor de la oligarquía mafiosa de partidos que es la democracia pluripartidista burguesa, sino, al contrario, un convencido de la necesidad de que sean los mismos trabajadores los que gobiernen su propio destino, enfrentándose a los que después, tras su muerte, se convirtieron en una élite inaccesible y transformaron el Partido en un aparato burocrático de control del Estado socialista hasta lograr su plena transformación en Estado capitalista, tal y como más tarde sucedió.
Comprometido con el Partido, con Lenin, con la lucha de clases y la necesidad de darle el poder a los trabajadores, Stalin no cejó jamás, ante la oposición exterior e interior, rodeado de convencidos bolcheviques y siempre de lado de la verdadera democracia, la real, aquella solo posible en el comunismo en el que no existe la explotación del hombre por el hombre y, por lo tanto, los privilegios de unos sobre otros, de luchar, porque el Partido no fuera una entelequia intocable a los que las masas siguieran como a un cometa, sino que estuviera al servicio de los que producen, de los que trabajan y hacen posible el progreso.
En esta ocasión, compartimos una serie de escritos de Stalin en formato pdf y audiolibro, para intentar condensar su dedicación, no solo en el trabajo cotidiano, al servicio de la revolución o de la construcción del nuevo mundo socialista, dirigiendo con mano firme los ataques del fascismo desde dentro del partido o del estado, y venciendo las agresiones del capitalismo y del nazismo desde fuera, sino también en la teoría, en su afán didáctico para hacer comprender la obra de Marx, Engels y Lenin a los suyos, los trabajadores.
Un trabajo enorme solo posible para hombres enormes como Stalin. Un hombre que logró ser respetado y amado en todo el mundo por la buena gente, por los enemigos de la explotación, y que, tras su muerte, volviendo a los versos de Pablo de Rohka, fue “como si murieran millones de trabajadores”, arrastrados por los que quisieron que los bolcheviques no fueran como Anteo y deseaban subir a las alturas para que ser seguidos como un cometa.
Tras su desaparición, se rompieron casi todos los frentes de la defensa de la revolución, y los enemigos se infiltraron con éxito en el interior y reconquistaron lo perdido en el exterior y, finalmente, lograron acabar con el primer estado de los trabajadores de la historia tras una revolución que cambió el mundo y demostró que los que trabajan pueden dirigir el mundo y los parásitos que viven de la explotación de otros seres humanos y de otros pueblos pueden ser echados al basurero de la historia.
DESCARGA EN PDF los 15 tomos de la obra completa de Stalin
Tomo I: 1901 - abril 1907
Tomo II: 1907 - 1913
Tomo III: 1917
Tomo IV: noviembre 1917 - 1920
Tomo V: 1921 - 1923
Tomo VI: 1924
Tomo VII: 1925
Tomo VIII: enero - noviembre 1926
Tomo IX: diciembre 1926 - julio 1927
Tomo X: agosto - diciembre 1927
Tomo XI: enero 1928 - marzo 1929
Tomo XII: abril 1929 - junio 1929
Tomo XIII: julio 1930 - enero 1934
Tomo XIV: Historia del PC(b) de la URSS
Tomo XV: julio 1934 - septiembre 1952
Audios:
https://archive.org/details/stalinobras0115 (Tomos 1 al 10)
https://archive.org/details/stalinobras1115 (Tomos 11 al 15)
A mí personalmente me gustó mucho Fundamentos del Leninismo y más concretamente el apartado de la dictadura del proletariado.
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